Deterioro patrimonial en Valparaíso: robos, abandono y falta de políticas visibles agravan la crisis urbana

El deterioro del patrimonio en Valparaíso avanza silenciosa pero profundamente, dejando huellas visibles en espacios emblemáticos de la ciudad como Plaza Victoria, la pileta de Echaurren y diversos sectores históricos que han sufrido robos, vandalismo y desprendimiento de piezas estructurales.

Carmen Gómez, directora de la carrera de Restauración Patrimonial del Duoc UC, advierte que estos hechos son expresiones de un deterioro más profundo y sistémico. “Los desprendimientos y robos son señales de una descomposición que va más allá de lo estético. Es parte de un círculo vicioso: sin cuidado ni conservación, el daño se repite y se agrava”, señaló la especialista.

Según Gómez, el problema no solo radica en la falta de mantención, sino en la ausencia de proyectos públicos terminados, con impacto visible y pensados desde las necesidades reales de los territorios. “Es relevante que las iniciativas se concreten y no queden solo en diagnósticos o promesas. Se necesitan obras terminadas, útiles y al servicio de la comunidad”, enfatizó.

En los últimos años, se han detectado en Valparaíso robos de esculturas, pérdida de elementos históricos y daños graves a fachadas, como las ocurridas en el ex colegio Alemán o el edificio Astoreca. Incluso piezas rescatadas de la calle han sido devueltas por vecinos conscientes del valor patrimonial que representan, lo que da cuenta de una ciudadanía que aún busca recuperar su historia.

Desde el mundo académico, Gómez insiste en que la solución debe ser multisectorial, con participación de municipios, gobierno central, universidades y sector privado. “Diseñar programas que respondan al deterioro, con inversiones bien dirigidas y no simbólicas, es fundamental para detener el avance del abandono”.

Finalmente, la experta hizo un llamado a priorizar la restauración y recuperación de espacios patrimoniales no solo por su valor histórico, sino como parte vital de la identidad y cohesión social de Valparaíso. “Invertir en patrimonio es invertir en esperanza”, concluyó.

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